lunes, 10 de diciembre de 2012

Respuesta a las «Redondillas» de Sor Juana

Mujeres: ¿por qué os quejáis
 de nuestra ardiente pasión
 cuando sois la tentación
 de aquello que reprocháis?
¿Por que con odio mortal,
 amor pagáis con desdén?

 Y si os tratamos tan bien
¿por qué nos tratáis tan mal?...
 ¿De veras no nos amáis?
 ¿De veras no nos queréis?
Si no os buscamos, veréis
 que vosotras nos buscáis...

 ¿Conque, sin hacernos caso,
 caéis de puro rogadas?
 Si anduvierais bien calzadas,
 nunca dierais un mal paso.
Y os diré, no por enojos
 ni por causaros agravios
 que si no son vuestros labios
 sí nos llaman vuestros ojos.

¿Y quién causa más horror
 entre el hombre y la mujer:
 el que compra su placer
 o el que vende su honor?...

Decís que el hombre es tan necio
y tan loco en su rigor,
que se enoja del amor
y se enoja del desprecio,
y que toda resistencia
nuestro torpe instinto aguza,
¡para salir con la excusa
de vuestra casta inocencia!

Eso sí que no es verdad
 y en ello vais muy erradas
 pues siempre os hacéis rogadas
 aunque os sobra voluntad...

¿Que como ha de estar templada
 la que nuestro amor pretende?
 Pues como ha de estar se entiende:
 ¡Locamente enamorada!...

 Lic. D. Justo Cecilio Santa Anna, 1888