miércoles, 25 de junio de 2008
Los babies de Maxie
by albvale
Resulta que el viernes 13 de junio salimos a cenar, lo cual no tiene nada de raro, todo el mundo sale a cenar. ¡Ah, pero qué cena! No es cierto, una cena muy semi, en el Olive Garden. Como el domingo 15 era el día del padre y yo iba a salir para Nicaragua y Panamá, mis mujeres decidieron sacarme el viernes y el sábado. Lo cual, por supuesto, no tiene nada de raro. Mis mujeres siempre están dispuestas a sacarme a comer, siempre y cuando yo pague.
Durante varios días habíamos notado que Maxie estaba por parir. Así que salimos preocupados por si acaso paría cuando estábamos fuera de casa. Para cuando retornamos a eso de las siete de la tarde todo estaba bien. Solo que Maxie estaba tan gorda que difícilmente podía subir al sofá.
Los tres subimos a ver la tele en la salita de Denise y como a eso de las doce Camy bajó a buscar algo de comer. A las once este señor ya había dicho adeu a ambas Denises y me había enfrascado en un guerrido combate con las sábanas y la almohada. Camila subió corriendo y gritando con la noticia que dos perritos habían ya nacido. No estoy seguro, pero creo que nacieron uno de cada color. Los ví uno blanco y el otro negro. Estuvimos al lado de Maxie un rato y de nuevo les dije adieu. Dos horas más tarde sube Camy de nuevo gritando con la noticia de que dos más habían nacido y ella había visto todo. ¡Qué emoción! le dije y ni siquiera me levanté de la cama. Denise fue con ella y estuvo un rato a su lado. No vi a los cuatro perritos hasta el sábado por la mañana cuando me levanté. Camy no había dormido en toda la noche de la emoción.
Mandé a Camy a dormir en el sofá y me encargué de vigilar a Maxie, que estaba orgullosa y no dejaba que Coco, el padre de los cachorritos se acercara ni siquiera a tomar agua.
Yo salí para Nicaragua el domingo a medio día y Camy tomó estas fotos ese día o el lunes. El martes Denise y Camila salieron para Orlando para estar con mi suegra. Bruna, la hija de una amiga, se quedó en casa para cuidar a los perritos. Creo que es Bruna la que tiene a uno de los perritos en la mano. Camy fue la fotógrafa.
Cuando regresé de Panamá el sábado por la madrugada descubrí que los cachorritos no son blancos sino color crema.
Aquí los tienen para su gusto, deleite y placer. El problema es que ahora Camy quiere quedarse con los cuatro.
¿Cuántos quieren ustedes?
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