La
mayoría disfrutamos al dar regalos y admitimos, cuando nos vemos obligados, que
también disfrutamos al recibirlos. En cualquier conversación acerca de regalos
y regalar siempre terminamos hablando acerca de la abundancia de los mismos.
Muy cierto. Estoy de acuerdo. Mayormente.
Hay
tres regalos que siempre son apreciados, siempre están a nuestro alcance para compartir
y siempre escasean. Así que, con las festividades como fondo, esta es mi lista
de deseos para este año.
En
primer lugar en mi lista es el regalo de la bondad. ¿Qué tanto mejoraría el
mundo si todos pusiésemos un poquito más de atención a las necesidades de
quienes nos rodean? ¿Qué sucedería si pusiésemos el ser serviciales en primer
lugar en nuestra lista diaria? Nos encanta cuando los demás nos lo demuestra y
somos mejores cuando ponemos en práctica la bondad. Es el oro de los Reyes
Magos en mi lista para este año.
En
segundo lugar en mi lista se encuentra el regalo de la hospitalidad. De la
palabra latina «hospes» tenemos palabras modernas como huésped, hotel,
hospicio, hospitalidad y hospital. En sus formas más antiguas, la raíz de la
palabra podía indicar huésped, visita o extranjero. Oculto en esa palabra está
la idea de respetarse mutuamente, ser acogedor —incluso con los extraños— y
reconocer la chispa divina dentro de cada persona con quien te encuentras. ¿Qué
sucedería si cultivásemos esos valores en nuestra hospitalidad (y en nuestros
hospitales)? ¿Qué si la señal de nuestra interacción mutua fuese un espíritu
acogedor, una actitud de respeto y una consciencia de la humanidad que
compartimos como hijos de Dios? Ese es el incienso en mi lista para este año.
En
tercer lugar en mi lista se encuentra el regalo de la generosidad. No fue hasta
unos 300 años atrás que la palabra generosidad empezó a ser utilizada
indistintamente con caridad y liberalidad. Hoy día generosidad significa ser de
buen corazón y estar dispuestos a dar de nosotros mismos a los demás más
generosamente. Quizá es con bondad y hospitalidad que podemos empezar a ser más
generosos. ¿Qué sucedería si fuésemos más generosos con nuestros amor, nuestra
disposición a ser más comprensivos y nuestra fe en nuestra humanidad común? ¿No
empezaría a desafiar el status quo de nuestra vida de manera radicalmente
importante? La generosidad es la mirra de los regalos en mi lista.
La
Navidad ha sido una celebración muy importante durante toda mi vida —no
solamente por los regalos que damos y recibimos, sino como una celebración de
la venida de Cristo al mundo. Si te
encuentras entre quienes se reunirán con su familia para celebrar el nacimiento
de Jesús y las muchas bendiciones de Dios has un inventario para ver si los
regalos que vas a intercambiar con tus seres queridos en honor de su nacimiento
incluyen estas tres cosas: bondad, hospitalidad y generosidad.
Que
seas bendecido de una manera especial en esta semana de Navidad.
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