lunes, 6 de noviembre de 2017

Moví la cerca

Se cuenta la historia de unos soldados americanos que estaban estacionados en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Durante el combate uno de ellos falleció a causa de una herida. Cuando sus compañeros lo iban a sepultar recordaron que era cristiano. Decidieron tratar de darle una sepultura cristiana.
Con bastante riesgo, encontraron una aldea con una pequeña iglesia y un cementerio, ambos rodeados por una cerca de piedra. Se acercaron al párroco y le preguntaron si podían enterrar a su amigo en el cementerio.
Cuando el párroco descubrió que el hombre había sido protestante, sacudió la cabeza con tristeza y explicó que a menos que su amigo hubiese sido bautizado en la religión de la iglesia no podía ser enterrado en el cementerio. Los soldados estaban frustrados y molestos, pero el párroco estaba firme en su decisión. Finalmente, les mostró un lugar justo fuera de la cerca donde podían enterrar a su amigo. A regañadientes hicieron como les dijo.
Al siguiente día los soldados retornaron al cementerio para prestar sus respetos finales a su camarada de armas, pero por alguna razón no había manera de encontrar la tumba. Pareciera que la tumba y su amigo habían desaparecido. Confundidos tocaron a la puerta de la iglesia y cuando el párroco abrió la puerta le exigieron una explicación.
El párroco les dijo que lo siguieran, los llevó a un lugar, justo dentro del cementerio. “Anoche no pude dormir”, les dijo. “Estaba molesto por no haberles permitido enterrar a su amigo dentro del cementerio”.
 “Así que moví la cerca”.

¿Puedes pensar en alguna cerca que puedas mover esta semana?

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