viernes, 5 de diciembre de 2008

Un cuento de dos zorros

Había una vez una escuela en el Bosque Fenton. En esta escuela todos los habitantes del bosque aprendían cómo evitar las trampas que ponían los cazadores que venían de la ciudad. Se ofrecían clases sobre: Teorías acerca de donde colocar las trampas, diseños de diferentes tipos de trampas y medicinas para aquellos que por mala suerte cayeran en las trampas.

Dos de los nuevos estudiantes matriculados en la escuela fueron los jovencitos Alfredo Zorro y su primo Samuel. Estos dos eran tan diferentes como el día y la noche. Alfredo estaba siempre preocupado y no quería caer en una trampa, así que prestaba mucha atención en las clases. Samuel era un zorro muy descuidado. Iba a las clases porque los padres querían que fuera. Quería tener buenas notas, así que siempre preguntaba al maestro qué preguntas habría en los exámenes. Quería estar seguro qué debía aprender para no desperdiciar tiempo en cosas sin importancia. A pesar de su pereza para estudiar, no sacó notas tan malas. Aprendía las fórmulas de memoria y las repetía hasta el día del examen, después las olvidaba.

Alfredo, en cambio, deseaba aprender todo lo que podía acerca de las trampas porque no quería caer en ellas. Sabía de zorros descuidados que habían perdido sus dedos en esas trampas y no quería que le sucediera lo mismo. Estudiaba sus materias cuidadosamente. Hacía investigaciones en la biblioteca en cuanto a las diferentes clases de trampas. Estaba tan interesado que estudiaba toda la materia.

Llegó el día en que los dos, Alfredo y su primo, se graduaron de la escuela. Los maestros consideraban que los dos zorritos habían realizado sus estudios en forma exitosa. El anciano Búho, sabio y excelente director de la escuela, estaba seguro de que Alfredo tendría mucho éxito en la vida.

La noche de la graduación hubo muchas fiestas y celebraciones en las diferentes guaridas por todo el bosque. Los dos primos estaban felices porque los días de escuela habían terminado, así que decidieron disfrutar de las fiestas.

¡Pero qué desgracia! Aquella noche sucedió una gran tragedia. Hoy Alfredo es un zorro my próspero en sus negocios en el oriente del Bosque Fenton, donde dirige una firma de construcción de cavernas para animales del bosque. En cambio, su primo Samuel, está adornando los hombros de una elegante dama en la gran ciudad.

No hay comentarios.: