domingo, 13 de febrero de 2011

El poder de la oración

En un estudio realizado con 393 pacientes de la Unidad de Cuidados Coronarios del Hospital General de San Francisco a fin de evaluar el poder de la oración, los participantes rezaron por pacientes escogidos al azar.

Los resultados no son sorprendentes: los pacientes por los cuales se rezó necesitaron menos resucitación cardiopulmonar y requirieron de menos respiradores artificiales. No necesitaron tantos antibióticos y menos de ellos fallecieron.

En otro estudio efectuado en el Centro Médico de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, entre más de 4.000 participantes se concluyó que los que rezaron tenían la presión arterial más baja que los que no lo hicieron. Según el estudio, tenían un 40 por ciento menos probabilidades de padecer de hipertensión. En un estudio realizado entre personas que se recuperaban de la drogadicción, se halló que los niveles más altos de fe y espiritualidad estaban asociados con varios efectos positivos, entre ellos, una mayor resistencia al estrés. Los resultados del estudio mostraron que un nivel más alto de fe y espiritualidad está relacionado con una mayor capacidad para afrontar problemas y niveles más bajos de ansiedad.

La oración no es solo para pedirle ayuda a un poder supremo. Parte de la oración es darle gracias a ese poder por lo que la vida te ha brindado, ya sea una cena llena de comida rica o la riqueza de estar rodeado por una familia llena de amor. Si anotas esas cosas por las cuales estás agradecido, no solo te ayudará a sentirte más feliz sino que, según un estudio hecho en la Universidad de California-Davis, te puede mejorar la salud física, aumentar tus niveles de energía y, en ciertos casos, aliviar el dolor y la fatiga.
Isabel Gómez Bassols, Los siete pasos para ser más feliz, págs. 207, 208

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