lunes, 28 de febrero de 2011

Yo voy soñando caminos

Yo voy soñando caminos 

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos, 

las polvorientas encinas!...

¿Adónde el camino irá? 

Yo voy cantando, viajero,

a lo largo del sendero... 

—La tarde cayendo está—.

En el corazón tenía

la espina de una pasión; 

logré arrancármela un día; 

ya no siento el corazón.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío, 

meditando. Suena el viento 

en los álamos del río.

La tarde más se oscurece; 

y el camino se serpea 

y débilmente blanquea,

se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir: 

Aguda espina dorada,

quién te volviera a sentir 

en el corazón clavada.
—Antonio Machado

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